11/12/2011
Cádiz
Cierta somnolencia como siempre a
esta hora temprana de la tarde, mientras el autobús de línea me lleva al
trabajo. Escucho música a través de los auriculares con los ojos cerrados y, al
abrirlos por el cambio de luz, veo este barco en el puerto y en su chimenea las
pirámides. Siento una mezcla de sensaciones; durante una décima de segundo,
vértigo de no saber donde estoy, y, al mismo tiempo, alegría al ser consciente
de nuevo de que, fuera de este autobús y de mi vida rutinaria, Egipto y sus
pirámides, Grecia, la Patagonia, la Ruta de la Seda, siguen ahí, testigos del
tiempo pasado y de un futuro que, sin duda, me llevará allí de una manera u
otra. Inshallah.
Extraordinario el texto que amplía la estética de la foto. Nos faltan vidas. O
ResponderEliminarsea, dinero.