21/8/2012
Algarve




Ha sido un día terriblemente caluroso y pesado. Hemos gastado horas buscando un pueblo con una capela dos ossos y, cuando la hemos encontrado, era tan pequeña que no cabíamos todos a la vez. Típicas reflexiones sobre la finitud terrenal interrumpidas por el calor, la sed y el hambre a esa hora; nos hemos metido en el primer bar, enfrente mismo de la iglesia, que, por fortuna, daba de comer.

Ya de vuelta, no sabemos si este bloque de edificios ha sido construido en medio de la nada para ser habitado o para mostrar el anuncio de una cerveza.

A Vida é Super.

Comentarios