18/6/2018

Cádiz



A la muerte de Edgar Degas en 1917, se descubrieron en su estudio, entre dibujos y pinturas, gran número de fotografías. La mayoría se perdieron, pero sabemos que el pintor las utilizaba para sus obras, entre ellas las que mostraban escenas de ballet, como las tres placas de 1895 con las que pinta sus Bailarinas detrás del escenario. Se ha dicho que sus extraños encuadres proceden de la recién nacida técnica, de la que se ayudaba en su búsqueda de la naturalidad. El antisemita y misántropo artista también se sirvió de la fotografía para reemplazar de alguna manera su pérdida de visión. Hoy, más de un siglo después, tomo una foto de una foto con bailarinas y sonrío pensando que en el fondo de este acto cotidiano late una cierta noción de eternidad.

Comentarios