16/11/2018
Córdoba


Este es el lugar donde se manifiesta la Divinidad, tanto al mundo exterior como al propio mundo interior del creyente, “la gruta sagrada del corazón”, como escribió Titus Burckhardt, crítico e historiador del arte, conocido también como Sidi Ibrahim tras su conversión al Islam. Es muy temprano, en la Mezquita la entrada es libre hasta las nueve y media de la mañana, y la luz es escasa, pero el mihrab brilla como una joya en medio de las tinieblas. Qué anhelo de penetrar en su recinto octogonal y ponerse bajo el amparo de su bóveda de venera, símbolo de Venus, de la Virgen, de la pura belleza inmaculada. Pero aquí estamos, algunas fotos, algún susurro en medio del silencio sagrado, ni nos damos cuenta del tiempo que pasa… hasta que los guardas conducen el rebaño hacia la salida. Bismillah.

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