30/1/2018
Cádiz
Pasé hace unos días por este mismo
lugar y ya es un bloque de pisos, quizá nuevos apartamentos turísticos, pero
aquella fría mañana hacía poco tiempo que habían derribado un edificio y
quedaban sus restos, el cadáver medio podrido de unas vidas del pasado: suelos
de pavimento ajedrezado, paredes encaladas, alicatadas, empapeladas, incluso
algún cartel ajado que mostraba una olvidada estrella de la canción, sanitarios
algo amarillentos y cables colgando como guirnaldas enlutadas. Sosteniendo un
dintel y formada al azar en el suelo, estas maderas recuerdan el martirio de
San Andrés en Patras, colgado de una cruz en forma de aspa –no clavado, para
prolongar su sufrimiento–, lo que no le impidió seguir predicando hasta que
murió, dos días después. Sus pocos restos son venerados en la catedral de esa
ciudad.
Comentarios
Publicar un comentario