23/8/2019
Santuario de Santa Eulalia,
Totana, Murcia
A
la izquierda del altar, una puerta baja da paso a una pequeña estancia repleta de
objetos extraños: a un lado, colgando de una barra metálica, trajes de boda o
primera comunión, lepantos y otras
prendas; bajo una ventana, un abigarramiento de cosas; y, al otro lado, una
estantería rebosante de modelos de cera: brazos, piernas, cabezas, cuerpecitos
de bebé, pechos e, incluso, lo que parece parte de una cara o una luna llena
como las que pintaba de niño, con ojos y nariz, junto con mensajes de
agradecimiento a esta santa niña, despedazada y quemada en tiempos de
Diocleciano, según cuenta el poeta Prudencio. En la Tate Gallery de Londres
podemos contemplar la pintura del prerrafaelita John William Waterhouse,
que nos la muestra tendida en escorzo, bella y limpia de sangre, bajo una
milagrosa nevada.
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